¿QUIÉNES SOMOS?

Un grupo de laicos vinculados con la comunidad sacricordiana de Capitán Bermúdez que, a través de un camino formativo y de un modo sistemático, queremos ser partícipes del carisma sacricordiano dado a la Iglesia por el Espíritu Santo a través de Cayetano Errico.

¿CÓMO SURGIMOS?

La participación de los laicos en el carisma del Instituto nace:
1. de la conciencia de que el carisma es un don de Dios a la Iglesia y para la Iglesia, por el que cada uno puede ser atraído y al que se puede adherir libremente;
2. de la responsabilidad común y compartida entre ministros ordenados, religiosos y fieles laicos en la vida y en la misión de la Iglesia;
3. de la certeza de que los laicos pueden participar en proyectos pastorales y misioneros junto a los religiosos.

Es necesario ser concientes de que el carisma es un don de Dios para el bien de toda la Iglesia, y que limitarlo sólo a los religiosos, es disminuirlo.
Profundizar el aspecto carismático del Instituto no significa sólo comprender la misión que el Espíritu le confía en la Iglesia y en el mundo, sino también capacidad de hacer partícipes a otros del don; es lo que podríamos llamar “difusión del carisma”.
El modo de vivir el carisma es lo que diferencia a los distintos llamados a vivirlo. Esto significa que un laico vivirá el mismo don del consagrado, pero según su estado y condición laical.
Hay que tener en cuenta que, si bien todos los fieles vinculados en mayor o menor medida con las obras sacricordianas pueden beber de las fuentes del carisma, es necesario que algunos tengan la posibilidad de adherir más conciente y decididamente al mismo y sean formados para vivirlo.

¿CÓMO ES NUESTRO CAMINO?

El primer paso fue la conformación de un grupo de laicos para su formación en la espiritualidad sacricordiana.
Las dos dimensiones fundamentales de la vivencia del carisma por parte de los laicos son: lo laical y lo sacricoridiano. Por tanto, el camino formativo recorre, en una primera instancia, esas dos vertientes.
Puede haber ulteriores objetivos a perseguir en etapas posteriores a medida que se vaya progresando en el proyecto.
No se trata, por lo menos inicialmente, de un grupo de trabajo apostólico, sino de formación en y para la vivencia del carisma sacricordiano; por lo mismo, cada uno de los participantes podrá y hasta deberá continuar con el trabajo apostólico que realiza o insertarse en su comunidad natural.

domingo, 20 de marzo de 2011

domingo, 5 de septiembre de 2010

Documento Aparecida 3ra. Parte

DOCUMENTO APARECIDA

3ª PARTE : OBRAR

LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS PUEBLOS

CAPITULO 7

LA MISION DE LOS DISCIPULOS AL SERVICIO DE LA VIDA PLENA

Esta es la parte mas pastoral del documento, presentando el “obra” misionero como una comunicación de vida plena para todos.

La Iglesia es esencialmente misionera, cuyo impulso brota de la Trinidad (347)

7.1 VIVIR Y COMUNICAR LA VIDA NUEVA EN CRISTO A NUESTROS PUEBLOS

Jesucristo vino a participarnos de su propia vida y el 1º anuncio (kerigma) “ invita a tomar conciencia de ese amor vivificador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado” (348). Este ofrecimiento requiere nuestra aceptación por la fe (349) y puede ser rechazado (351). Nuestros pueblos tienen sed de esa vida que se abre en el Bautismo y se profundiza en la Palabra y la Eucaristía (350). El llamado a la santidad nos promueve, porque “cuando Dios pide mas es porque esta ofreciendo más” (352)

· . JESUS AL SERVICIO DE LA VIDA

Jesús comunica la vida a los enfermos, a los hambrientos, a lo endemoniados, etc. (353).

La Eucaristía “centro vital del universo” exige un espíritu comunitario y el servicio a los pobres (354)

· . VARIADAS DIMENSIONES DE LA VIDA EN CRISTO

Jesús ama nuestra felicidad también en esta tierra.(355) y la vida que el ofrece “sana, fortalece y humaniza” y podemos encontrarlo a El “en medio de las alegrías de nuestra limitada existencia (356). Pero también nos invita a ampliar los horizontes y a cargar la cruz cotidiana, descubriendo que él “nos ofrece mucho, mucho mas de lo que esperamos”(357)

· AL SERVICIO DE UNA VIDA PLENA PARA TODOS

Mayor compromiso a favor de la cultura de la vida (de los abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor)

Subrayar “la inseparable relación entre amor a Dios y amor al prójimo” que “invita a todos a suprimir las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en los accesos a los bienes” (358) La vida solo se desarrolla plenamente en la comunión fraterna y justa (359)

· . UNA MISION PARA COMUNICARLA

La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. (360) Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior y darlo todo: “Quien aprecie su vida terrena la perderá” (Jn12,25) La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Oferta de una vida mas digna en Cristo, para cada hombre y cada mujer de A. Latina y de el Caribe, (361)

(362) Compromiso de una Gran Misión en todo el continente , convirtiendo a cada comunidad en “un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo”, para lo cual la Iglesia Latinoamericana necesita una fuerte conmoción y un nuevo Pentecostés (362) que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza. Exige asumir un estilo de mucha cercanía a la gente con el esfuerzo de salir de la “conciencia aislada” para llegar a todos (363). Se recoge la figura de María como discípula misionera que invita a escuchar el mandato misionero de Jesús (364)

7.2 CONVERSION PASTORAL Y RENOVACION MISIONERA DE LAS COMUNIDADES

Todos son llamados a entrar en “los procesos constantes de renovación misionera y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan las transmisión de la fe” (365). Supone “someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de la vida” y escuchar lo que el Espíritu pide (366). Por estar en un nuevo contexto sociocultural, la Iglesia requiere “reformas espirituales, pastorales e institucionales” (367), promoviendo una espiritualidad de comunión y participación (368) motivada por el modelo de la primitiva comunidad cristiana (369). El proyecto pastoral de cada diócesis debe dar participación a los laicos también en el discernimiento y la toma de decisiones (371), abandonando una pastoral de mera conservación para salir en busca de los alejados (370). Y poder llegar a todos (372).

7.3 NUESTRO COMPROMISO CON LA MISION AD GENTES

Llegar a los alejados de Cristo, aunque estén en el propio territorio (375). Puede realizarse en algunas partes de nuestra ciudad, o en algunos sectores de la sociedad poco evangelizados; medios de comunicación, ambientes científicos, y otros sectores donde la fe suele estar ausente. Pero, también a ejemplo de los que evangelizaron América (377), se invita también a pasa a “la otra orilla” (376) evangelizando en otros continentes, porque esa capacidad de ir más allá de nuestras necesidades “confirmará la autenticidad de nuestra nueva apertura misionera “ (379).

CAPITULO 8

REINO DE DIOS Y PROMOCION DE LA DIGNIDAD HUMANA

Jesucristo es la respuesta sobreabundante a las grandes preguntas del corazón humano. Por eso nada que sea humano puede resultar extraño a la Iglesia (380)

8.1 REINO DE DIOS, JUSTICIA SOCIAL Y CARIDAD CRISTIANA

Jesucristo es el Reino de Dios “que procura desplegar toda su fuerza transformadora”. En Él Dios nos eligió “con los mismos derechos y deberes” (382). Ser discípulos misioneros nos lleva “a asumir las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano”. Los gestos de misericordia de Jesús nos invitan a socorrer las necesidades urgentes al mismo tiempo que tratamos de lograr estructuras más justas, con posibilidades para todos y diálogo constructivo (384), de manera que los ciudadanos sean promovidos como “sujetos de su propio desarrollo” y se cultiven los valores sociales (385). Los temas relacionados con la justicia social y la caridad se consideran prioridades destacadas (381) Por ello, la opción por los pobres, “debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales” (396).

8.2 LA DIGNIDAD HUMANA

La persona humana es “el criterio decisivo en la organización social” (387). Cada ser humano es siempre sagrado y tiene una “dignidad infinita” (388). Por eso nos urge que cada persona humana “viva de acuerdo con la dignidad que Dios le ha dado” (389).

8.3 LA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES Y EXCLUIDOS

Es uno de los rasgos que marcan la fisonomía de la Iglesia latinoamericana” (391). Esta implícita en la fe en el Dios hecho pobre (392) y llama a contemplar los rostros sufrientes, ya que “todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (393). De nuestra fe en Cristo brota una permanente solidaridad (394). Esta opción se quiere “ratificar y potenciar” (396), exigiendo a todos un compromiso de cercanía real (397) más allá de las palabras (386). Hoy tenemos la necesidad impostergable de pensar y de actuar adecuadamente “desde” los pobres y para ellos. Dedicar tiempo a los pobres (397) y desarrollar una “amistad con los pobres” a partir de la cual “compartiremos con ellos la defensa de sus derechos “(398).

8.4 UNA RENOVADA PASTORAL SOCIAL PARA LA PROMOCION HUMANA INTEGRAL.

(399) Que promueva caminos mas efectivos para intervenir en los asuntos sociales (400) . Se requiere una Pastoral social estructurada, orgánica e integral (401) que tenga en cuenta los rostros de los nuevos excluídos (402). Realizar acciones “que tengan incidencia en los Estados para la aprobación de políticas sociales y económicas que atiendan las variadas necesidades de la población y que conduzcan a un desarrollo sostenible”, aprovechando el patrimonio de la Doctrina Social de la Iglesia (403). Se alienta a los empresarios que procuren el bien común (404). Se reconoce que no se logra nada realmente efectivo cuando se excluye a Dios (405).

8.5 GLOBALIZACION DE LA SOLIDARIDAD Y JUSTICIA INTERNACIONAL

Grandes cuestiones de la justicia internacional, que exigen participar en la vida publica, formar en la ética cristiana y promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial, además de alertar acerca de eventuales consecuencias negativas de los tratados inter-gubernamentales (406).

8.6 ROSTROS SUFRIENTES QUE NOS DUELEN

· Personas que viven en la calle en las grandes urbes (407-410)

· Migrantes (411-416)

· Enfermos (417-421) Pastoral de la Salud

· Adictos dependientes (422-426)

· Presos (427-430) Pastoral Penitenciaria

·

CAPITULO 9

FAMILIA, PERSONAS Y VIDA

9.1 MATRIMONIO Y FAMILIA . Uno de los ejes transversales de toda acción evangelizadora (435). Imagen de Dios familia, donde tienen su modelo y su ultimo destino (434) Pastoral Familiar (437) teniendo en cuenta a las parejas que viven en situación irregular, a las niñas y adolescentes embarazadas, madres solteras, hogares incompletos (436).

9.2 LOS NIÑOS: abuso sexual, niñez trabajadora, expuestos a la pornografía, y prostitución, niños de la calle, portadores de HIV, huérfanos, soldados, etc.

9.3 ADOLESCENTES Y JOVENES: pandillas con falsos líderes.

9.4 EL BIEN DE LOS ANCIANOS, olvidados o descuidados y considerados como una carga (447-450)

9.5 LA DIGNIDAD Y PARTICIPACION DE LAS MUJERES. (451-´458) Valorar función materna sin oponerla a su desarrollo profesional y a su participación en la construcción de la sociedad.

9.6 LA RESPONSABILIDAD DEL VARON Y PADRE DE FAMILIA

9.7 LA CULTURA DE LA VIDA : SU PROCLAMACION Y DEFENSA Ëtica- bioética. Voz de los que no tienen voz,

9.8 EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE,

CAPITULO 10

NUESTROS PUEBLOS Y LA CULTURA

10.1 LA CULTURA Y SU EVANGELIZACION

10.2 LA EDUCACIÓN COMO BIEN PÚBLICO (481-483)

10.3 PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL (484-490)

10.4 NUEVOS AREOPAGOS Y CENTROS DE DECISION (491.500)

10.5 DISCIPULOS Y MISIONEROS EN LA VIDA PUBLICA (501-508)

10.6 LA PASTORAL URBANA (509-519)

10.7 AL SERVICIO DE LA UNIDAD Y DE LA FRATERNIDAD DE NUESTROS PUEBLOS (520-528)

10.8 LA INTEGRACION DE LOS INDIGENAS Y AFROAMERICANOS (529-533)

10.9 CAMINOS DE RECONCILIACION Y SOLIDARIDAD.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - -- - -

CREEMOS Y ESPERAMOS

Esperamos….

Ser una Iglesia viva, fiel y creible que se alimenta en la Palabra de Dios y en la Eucaristía..

Vivir nuestro ser cristiano con alegría y convicción como discípulos-misioneros de Jesucristo.

Formar comunidades vivas que alimenten la fe e impulsen la acción misionera.

Valorar las diversas organizaciones eclesiales en espíritu de comunión.

Promover un laicado maduro, corresponsable con la misión de anunciar y hacer visible el Reino de Dios,

Impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y en la Iglesia.

Mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres.

Acompañar a los jóvenes en su formación y búsqueda de identidad, vocación y misión, renovando nuestra opción por ellos.

Trabajar con todas las personas de buena voluntad en la construcción del Reino.

Fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida.

Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y afro descendientes.

Avanzar en el diálogo ecuménico “para que todos sean uno”, como también en el dialogo interreligioso.

Hacer de este continente un modelo de reconciliación de justicia y de paz.

Cuidad la creación, casa de todos en fidelidad al proyecto de Dios.

Colaborar en la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe.

¡ Que este Continente de la esperanza también sea el Continente del amor, de la vida, y de la paz!


Hermana madre tierra

Por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, sábado, 2 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos un artículo redactado por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, con el título "Hermana madre tierra".

* * * *

VER

En varias partes hemos sufrido los embates de las lluvias, por huracanes, tormentas tropicales, deslaves e inundaciones, que lamentablemente no se han reducido a pérdidas de bienes materiales, sino también de vidas humanas. Los pobres, como siempre, siguen siendo los más afectados.

Es común que culpemos de todo esto al sistema político y económico, pues el cambio climático se ha agravado por los intereses de los países más industrializados, los que rigen la economía y en parte la política mundial, los que más destruyen la naturaleza y contaminan. Sin embargo, también hay responsabilidades locales, pues se talan árboles en forma desconsiderada; se contaminan los ríos y la basura está por todas partes; se construyen casas en lugares muy bajos, casi en las márgenes propiedad de los ríos, o en laderas proclives al deslizamiento.

JUZGAR

Decimos los obispos en Aparecida: "Con los pueblos originarios de América, alabamos al Señor que creó el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas y nos los dejó como signo de su bondad y de su belleza. También la creación es manifestación del amor providente de Dios; nos ha sido entregada para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos. Aunque hoy se ha generalizado una mayor valoración de la naturaleza, percibimos claramente de cuántas maneras el hombre amenaza y aun destruye su ‘hábitat'. "Nuestra hermana la madre tierra" es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación. Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas, es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la vida. El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador" (No. 125).

El Papa Benedicto XVI, en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, de este año, dijo: "El respeto a lo que ha sido creado tiene gran importancia, puesto que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de Dios, y su salvaguardia se ha hecho hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad. No son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado.

Todos somos responsables de la protección y el cuidado de la creación. No se puede permanecer indiferente ante lo que ocurre en nuestro entorno, porque la degradación de cualquier parte del planeta afectaría a todos.

La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de Dios Creador para todos, y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo. Al cuidar la creación, vemos que Dios, a través de ella, cuida de nosotros".

ACTUAR

Eduquémonos para cuidar más la tierra. En vez de esperar que todo lo resuelva el gobierno, esforcémonos por proteger lo que Dios con tanta sabiduría y amor creó y puso a nuestro servicio. Sembrar árboles, no tirar basura, no habitar en lugares cercanos a los ríos, es algo que todos podemos hacer.

Digamos esta oración con San Francisco de Asís:

Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,

especialmente el señor hermano sol;

él es el día y por él nos alumbras;

y es bello y radiante con gran esplendor:

de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas:

en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento,

y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,

por el cual a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua,

que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,

por el cual alumbras la noche:

y es bello y alegre y robusto y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,

que nos sustenta y gobierna

y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas.

domingo, 16 de mayo de 2010

Análisis del capítulo 1 Documento de Aparecida

DOCUMENTO APARECIDA BRASIL

SISNTESIS CAPITULO 1º

En continuidad con las anteriores Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, este documento hace uso del método ver, juzgar y actuar. Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe a través de su Palabra revelada y el contacto vivificante de los Sacramentos, a fin de que, en la vida cotidiana, veamos la realidad que nos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo, y, en consecuencia, la proyección del actuar como discípulos misioneros de Jesucristo.

LOS DISCÍPULOS MISIONEROS

Nos sentimos como los discípulos que iluminados por el Maestro vivieron su historia y su tiempo con fe y fuerza para transformarla.

Nuestra reflexión acerca del camino de las Iglesias de América Latina y El Caribe tiene lugar en medio de luces y sombras de nuestro tiempo. Nos afligen, pero no nos desconciertan los grandes cambios que experimentamos. Hemos recibido dones inapreciables, que nos ayudan a mirar la realidad como discípulos misioneros de Jesucristo.

“Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; en el clima cultural relativista que nos circunda se hace importante y urgente hacer madurar la certeza que Cristo, el Dios de rostro humano, es nuestro verdadero y único salvador.

Iluminados por Cristo, el sufrimiento, la injusticia y la cruz nos interpelan a vivir como Iglesia samaritana. “La evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana”

Dios creó el mundo con su Palabra, expresó satisfacción diciendo que era “bueno” (Gn 1, 21), y, cuando creó al ser humano con el aliento de su boca, varón y mujer, dijo que “era muy bueno”

1.2 LA ALEGRÍA DE SER DISCÍPULOS Y MISIONEROS

DE JESUCRISTO

Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.

1.3 LA MISIÓN DE LA IGLESIA ES EVANGELIZAR

Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras.

En el rostro de Jesucristo, muerto y resucitado, maltratado por nuestros pecados y glorificado por el Padre podemos ver, con la mirada de la fe el rostro humillado de tantos hombres y mujeres de nuestros pueblos y, al mismo tiempo, su vocación a la libertad de los hijos de Dios.

MIRADA DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS SOBRE LA REALIDAD

2.1 LA REALIDAD QUE NOS INTERPELA COMO DISCÍPULOS Y MISIONEROS

Nos sentimos interpelados a discernir los “signos de los tiempos”, a la luz del Espíritu Santo, para ponernos al servicio del Reino.

El fenómeno de la globalización. Un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la tecnología, con su capacidad de manipular genéticamente la vida misma de los seres vivos, y, con su capacidad de crear una red de comunicaciones de alcance mundial.

La historia se ha acelerado y los cambios mismos se vuelven vertiginosos.

Sin una percepción clara del misterio de Dios, se vuelve opaco el designio amoroso y paternal de una vida digna para todos los seres humanos ante tantos cambios, novedades y urgencias. El hombre de hoy vive fragmentado, limitado, frustrado por no poder ejercer el señorío sobre la realidad a que por vocación está llamado.

La realidad ha traído aparejada una crisis de sentido. Ellos no se refieren a los múltiples sentidos parciales que cada uno puede encontrar en las acciones cotidianas que realiza, sino al sentido que da unidad a todo lo que existe y nos sucede en la experiencia, y que los creyentes llamamos el sentido religioso. Ese sentido que viene de nuestras tradiciones y religiosidad popular, especialmente la devoción mariana que nos ha hecho más conscientes de nuestra condición de hijos de Dios.

La erosión de nuestra tradición debido a los medios de comunicación hace que las personas busquen denodadamente una experiencia de sentido que llene las exigencias de su vocación, allí donde nunca podrán encontrarla.

La transmisión de tradiciones culturales en la familia se ve invadida por los medios de comunicación. La ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual hiere gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia.

“Sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano”

2.1.1 Situación Sociocultural

Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural.

Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios; aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo… Quien excluye a Dios de su horizonte, falsifica el concepto de la realidad y sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas.

Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos, a la creación de nuevos y, muchas veces, arbitrarios derechos individuales, a los problemas de la sexualidad, la familia, las enfermedades y la muerte.

Se verifica, a nivel masivo, una especie de nueva colonización cultural por la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores.

Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo.

La dignidad de muchas mujeres. Algunas, desde niñas y adolescentes, son sometidas a

múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa: tráfico, violación, servidumbre y acoso sexual; desigualdades en la esfera del trabajo, de la política y de la economía; explotación publicitaria por parte de medios de comunicación social, que las tratan como objeto de lucro.

Entre los aspectos positivos de este cambio cultural, aparece el valor fundamental de la persona, de su conciencia y experiencia, la búsqueda del sentido de la vida y la trascendencia. El fracaso de las ideologías dominantes, para dar respuesta a la búsqueda más profunda del significado de la vida, ha permitido que emerja como valor la sencillez y el reconocimiento en lo débil y lo pequeña de la existencia.

Este énfasis en el aprecio de la persona abre nuevos horizontes, donde la tradición cristiana adquiere un renovado valor, sobre todo cuando se reconoce en el Verbo encarnado que nace en un pesebre y asume una condición humilde, de pobre.

La necesidad de construir el propio destino y el anhelo de encontrar razones para la existencia.

2.1.2 Situación económica

El Papa, en su Discurso Inaugural, ve la globalización como un fenómeno “de relaciones de nivel planetario”, considerándolo “un logro de la familia humana”, porque favorece el acceso a nuevas tecnologías, mercados y finanzas.

La globalización se manifiesta como la profunda aspiración del género humano a la unidad. El Papa también señala que la globalización “comporta el riesgo de los grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo”

Conducida por una tendencia que privilegia el lucro y estimula la competencia, la globalización sigue una dinámica de concentración de poder y de riquezas en manos de pocos, no sólo de los recursos físicos y monetarios, sino sobre todo de la información y de los recursos humanos, lo que produce la exclusión de todos aquellos no suficientemente capacitados e informados, aumentando las desigualdades.

Una globalización sin solidaridad afecta negativamente a los sectores más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”.

Las instituciones financieras y las empresas transnacionales se fortalecen al punto de subordinar las economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cada vez más impotentes para llevar adelante proyectos de desarrollo. Las industrias extractivas internacionales y la agroindustria, muchas veces, no respetan los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las poblaciones locales y no asumen sus responsabilidades.

Las posibilidades y eventuales problemas de la producción de agro combustibles deben ser estudiadas, de tal manera que prevalezca el valor de la persona humana y de sus necesidades de supervivencia.

América Latina posee los acuíferos más abundantes del planeta, junto con grandes extensiones de territorio selvático, que son pulmones de la humanidad. Así, se dan gratuitamente al mundo servicios ambientales que no son reconocidos económicamente.

La población económicamente activa de la región está afectada por el subempleo (42%) y el desempleo (9%), y casi la mitad está empleada en trabajo informal. El trabajo formal, por su parte, se ve sometido a la precariedad de las condiciones de empleo y a la presión constante de subcontratación, lo que trae consigo salarios más bajos y desprotección en el campo de seguridad social, no permitiendo a muchos el desarrollo de una vida digna.

2.1.3 Dimensión socio-política

Con la presencia más protagónica de la Sociedad Civil y la irrupción de nuevos actores sociales, como son los indígenas, los afroamericanos, las mujeres, los profesionales, una extendida clase media y los sectores marginados organizados, se está fortaleciendo la democracia participativa, y se están creando mayores espacios de participación política.

Después de una época de debilitamiento de los Estados por la aplicación de ajustes estructurales en la economía, recomendados por organismos financieros internacionales, se aprecia actualmente un esfuerzo de los Estados por definir y aplicar políticas públicas en los campos de la salud, educación, seguridad alimentaria, previsión social, acceso a la tierra y a la vivienda, promoción eficaz de la economía para la creación de empleos y leyes que favorecen las organizaciones solidarias. Todo esto refleja que no puede haber democracia verdadera y estable sin justicia social, sin división real de poderes y sin la vigencia del Estado de derecho.

Cabe señalar, como un gran factor negativo en buena parte de la región, el recrudecimiento de la corrupción en la sociedad y en el Estado, que involucra a los poderes legislativos y ejecutivos en todos sus niveles.

La vida social, en convivencia armónica y pacífica, se está deteriorando gravemente en muchos países de América Latina y de El Caribe por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es más grave, en asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y llenan de dolor a las familias.

2.1.4 Biodiversidad, ecología, Amazonia y Antártida

En las decisiones sobre las riquezas de la biodiversidad y de la naturaleza, las poblaciones tradicionales han sido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Las aguas están siendo tratadas como si fueran una mercancía negociable por las empresas, además de haber sido transformadas en un bien disputado por las grandes potencias.

Un ejemplo muy importante en esta situación es la Amazonia.

2.1.5 Presencia de los pueblos indígenas y afroamericanos en la Iglesia

Los indígenas y afroamericanos son, sobre todo, “otros” diferentes, que exigen respeto y reconocimiento. La sociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo su diferencia. Su situación social está marcada por la exclusión y la pobreza. La Iglesia acompaña a los indígenas y afroamericanos en las luchas por sus legítimos derechos.

“Los pueblos indígenas cultivan valores humanos de gran significación”

“Son poseedores de innumerables riquezas culturales, que están en la base de nuestra identidad actual”

“Estos valores y convicciones son fruto de ‘las semillas del Verbo’, que estaban ya presentes y obraban en sus antepasados”

Como Iglesia, que asume la causa de los pobres, alentamos la participación de los indígenas y afroamericanos en la vida eclesial.

2.2 SITUACIÓN DE NUESTRA IGLESIA EN ESTA HORA HISTÓRICA DE DESAFÍOS

La Iglesia Católica en América Latina, a pesar de las deficiencias y ambigüedades de algunos de sus miembros, ha dado testimonio de Cristo, anunciado su Evangelio y brindado su servicio de caridad particularmente a los más pobres.

Su empeño a favor de los más pobres y su lucha por la dignidad de cada ser humano han ocasionado, en muchos casos, la persecución y aún la muerte de algunos de sus miembros, a los que consideramos testigos de la fe.

FRUTOS

Los esfuerzos pastorales orientados hacia el encuentro con Jesucristo vivo han dado y siguen dando frutos. Entre otros, destacamos los siguientes:

Debido a la animación bíblica de la pastoral, aumenta el conocimiento de la Palabra de Dios y el amor por ella.

La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festiva de la fe cristiana, en particular en la Eucaristía y la devoción mariana.

Nuestro pueblo tiene gran aprecio a los sacerdotes.

En algunas Iglesias, se ha desarrollado el diaconado permanente. También los ministerios confiados a los laicos y otros servicios pastorales, delegados de la palabra, animadores de asamblea y de pequeñas comunidades.

La misión ad gentes.

Un florecimiento de comunidades eclesiales de base

La Doctrina Social de la Iglesia constituye una invaluable riqueza,

Innumerables iniciativas laicales en el ámbito social, cultural, económico y político.

SOMBRAS

El crecimiento porcentual de la Iglesia no ha ido a la par con el crecimiento poblacional. En promedio, el aumento del clero, y sobre todo de las religiosas, se aleja cada vez más del crecimiento poblacional.

La ausencia de una auténtica obediencia y de ejercicio evangélico de la autoridad, las infidelidades a la doctrina, a la moral y a la comunión

“Se percibe un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la Iglesia Católica”

Constatamos el escaso acompañamiento dado a los fieles laicos en sus tareas de servicio a la sociedad.

Los cambios culturales dificultan la transmisión de la Fe por parte de la familia y de la sociedad. Frente a ello, no se ve una presencia importante de la Iglesia en la generación de cultura, de modo especial en el mundo universitario y en los medios de comunicación social.

El insuficiente número de sacerdotes y su no equitativa distribución imposibilitan que muchas comunidades puedan participar regularmente en la celebración de la Eucaristía.

En las últimas décadas, vemos con preocupación, por un lado, que numerosas personas pierden el sentido trascendente de sus vidas y abandonan las prácticas religiosas, y, por otro lado, que un número significativo de católicos está abandonando la Iglesia para pasarse a otros grupos religiosos.

Reconocemos que, en ocasiones, algunos católicos se han apartado del Evangelio, que requiere un estilo de vida más fiel a la verdad y a la caridad, más sencillo, austero y solidario, como también nos ha faltado valentía, persistencia y docilidad a la gracia para proseguir.

Nos reconocemos como comunidad de pobres pecadores, mendicantes de la misericordia de Dios, congregada, reconciliada, unida y enviada por la fuerza de la Resurrección de su Hijo y la gracia de conversión del Espíritu Santo.